Después de un intenso verano llega la vuelta al cole, y con ella retomamos nuestro Blog. Esperamos hayáis disfrutado de unas merecidas vacaciones y a todas las personas que se han acercado por nuestro establecimiento estos meses, tanto los nuevos como los que repetís, deciros ¡GRACIAS por habernos elegido!. Ha sido un verdadero placer acompañaros en vuestros días de relax y que hayáis disfrutado con nosotros.
Cerramos una etapa importante este año, las vacaciones de verano que por motivo de la pandemia no pudisteis tener el año pasado, y habrá quienes estén un poco tristes, pero no hay motivo para ello sino para todo lo contrario. ¡¡¡No es un Adiós sino un hasta pronto verano!!! Y con esa alegría queremos que retoméis vuestro día a día.
Nosotros por nuestra parte estamos encantados de volver a dedicar parte de nuestro tiempo, aunque sea fuera del trabajo, a escribir acerca de curiosidades gastronómicas, el origen de algunos platos incluidos en nuestra carta, mitos y leyendas urbanas… y más contenidos.
Después de los excesos y antes de las navidades, creemos conveniente escribir acerca de la alimentación. En los tiempos que corren, y debido a la modernización galopante que vivimos en todos los aspectos de nuestra vida, no hay mejor antídoto que cuidar lo que comemos, ya bien si sufres alguna enfermedad como si quieres prevenirla o luchar con los efectos secundarios de algún medicamento. La comida es el combustible de nuestro cuerpo, somos lo que comemos, y crear un habito saludable fuera y dentro de los hogares hará que te encuentres mucho mejor en tu día a día y repercutirá en tu futuro y en el de los tuyos. Si esto se acompaña de ejercicio, ni duda cabe que los beneficios serán mucho mayores.
No sé si habéis odio hablar de los alimentos de quinta gama, también mal denominados de «gama alta» (a vuestro juicio os dejamos decidir si hace honor a tantos «elogios»), pero teníamos muchas ganas de escribir sobre ello, ya que nos sentimos orgullosos de nuestra cocina y defendemos por ética profesional y moralidad el oficio que hemos elegido. Podéis ver mucha información acerca de la quinta gama, que tristemente sirven en muchos y cada vez más restaurantes, en el programa ¿te lo vas a comer? de Alberto Chicote. A nuestro parecer este reportaje emitido en televisión el diciembre de 2020 es de gran interés e ilustra fielmente lo que está sucediendo con la alimentación en nuestro país y fuera de él. Algunos países como Francia, cuna de la alta gastronomía, ya han tomado medidas implantando el sello «Qualité Tourisme» desde el año 2007; esto significa que en los restaurantes donde se utiliza producto fresco y de cercanía en un 90% se les otorga este distintivo con el objeto de diferenciarlos del resto de establecimientos que compran producto ya elaborado y así premiar su labor y esfuerzo por su contribución a las gastronomía del país. Por desgracia no estamos en Francia y no podemos optar a este sello, pero si os aseguramos que Post Fata Resurgo lo obtendría ya que más del 90% de los platos de nuestra carta son elaborados desde cero con producto fresco comprado en el mercado. Por otra parte, el consumidor final (del país o de fuera) agradecería disponer de esta información ya que son muchos los que sin ella se sienten estafados, ¿cuántas veces has preguntado en un restaurante si lo que preparan allí realmente lo hacen ellos?, ¿y cuántas veces te han dicho que sí y cuándo lo has probado te has sentido engañad@?
Si un ama de casa, o el responsable de las compras en la unidad familiar, decide comprar un plato preparado de la sección del supermercado por los motivos que uno tenga (que muchas veces se reduce a no tener tiempo ni ganas), o decide ir con su pareja y/o hijos a la cadena de comida rápida más cercana, sabe lo que está comprando. Sin embargo si elegimos gastar un poco más de dinero y comer en otro tipo de restaurante, no sólo queremos que nos sirvan en la mesa y limpien los platos, sino que también cocinen por nosotros.
Si cuando salió el reportaje de Alberto Chicote en televisión en diciembre de 2020 decían que el 80% de los productos de los bares eran precocinados (alegando cuestiones de rentabilidad) aunque se venden «como caseros», imaginaros a día de hoy después de todo lo sucedido por la situación del Covid y después de la reciente alarmante subida de la luz.
La quinta gama no necesita de un local con salida de humos; no requiere de personal cualificado en cocina (y ni siquiera requiere de una cocina y apenas necesita contratar personal); la maquinaría necesaria se reduce a un horno, microondas y poco más (se baja tanto en consumo de suministros como en gastos por reparaciones, amortizaciones, seguros,…); no existe merma del producto; los costes de almacenamiento y control de inventario se reducen; y así un largo etc de los beneficios de implantar este tipo de cocina. El empresario puede decidir competir en precio, porque se lo puede permitir (sabiendo la sensibilidad de muchos consumidores ante esta variable), o cobrar lo mismo al cliente y obtener mayores beneficios. Ahora entenderéis mejor porqué son muchos los defensores de la comida de 5º gama, las virguerías que hace el marketing al respecto para vender este tipo de producto a los consumidores y la falta de legislación de nuestro país para denominar las cosas por su nombre.
Según algunas fuentes la quinta gama se diferencia de los precocinados en su proceso de elaboración, basado en la cocina tradicional, pero ni que decir tiene que nuestras abuelas se echarían las manos a la cabeza con la variedad de platos de comida de quinta gama que están listos para calentar y servir a la mesa e incluso de las técnicas utilizadas para su elaboración. Es un precocinado sí o sí, llámenlo como quieran, o ¿cómo le llamarías tú a un plato que simplemente es calentar, emplatar y servir? Por otro lado, habrás notado la diferencia entre comerte un pescado o una verdura fresca y otra congelada ¿qué piensas de comerte una pasta o un arroz de estas características en un restaurante?, ¿por qué mentir al cliente cuando sale a comer fuera de casa si dicen que es un producto tan buen?.
Los medios de comunicación promulgan que la comida de quinta gama es una manera fácil de seguir una dieta sana y mencionan que nos recuerda a la comida casera, pero realmente está lejos de ser así, sólo hay que ver los ingredientes. No conviene abusar de ellos por los conservantes, saborizantes y otras sustancias químicas que contienen y lejos están de ser una opción saludable. El objetivo es alargar la vida al producto, tapar su sabor industrial y ofrecer una salida fácil y competitiva a muchos hosteleros y pseudohosteleros gracias a un extenso catálogo de productos, a un precio muy competitivo y con una ejecución rápida para así poder atender al mayor número de clientes posible dentro de sus establecimientos y «hacer caja».
La progresión de personas propensas a intolerancias alimenticias está en auge y es que nuestro cuerpo nos habla. No es casualidad que el porcentaje de población con alergias alimentarias en el mundo sea más alto que nunca, y de la mano va con la modernización en los procesos de alimentación. En los comedores escolares y en las residencias de ancianos la calidad de la comida deja mucho que desear y se hace notar cada vez más. Las pastelerías y panaderías han sido objeto de mira hace tiempo y ahora lo están siendo bares, cafeterías y restaurantes.
Nos hablan de que es segura y nos facilita la vida y todo pinta muy bonito, cuando no lo es.
Esta claro que no podemos quedarnos estancados, hay que entender bien que es progreso (ejemplo de ello fue cuando se inventó el robot de cocina que permitía a las amas de casa acortar los tiempos de amasado o batido con mejores resultados y sin esfuerzo) y que técnicas de la vida moderna opacan o hacen peligrar nuestra cocina tradicional hasta deformarla o destruirla.
La cocina tradicional se considera un elemento fundamental de la identidad cultural que nos define. El desinterés por nuestra propia cocina en pro al interés cegador por las nuevas tendencias nos está llevando a la perdida de un legado culinario milenario.
Posiblemente muchos de vosotros después de haber llegado hasta aquí leyendo prefiráis ir a comer a una pizzería familiar donde trabajen con buena materia prima o a algún restaurante pequeño donde sepáis que sus platos se elaboran con producto fresco y de calidad. Decidáis lo que decidáis ahora desde Post Fata Resurgo os hemos facilitado toda la información para, a la hora de salir a comer fuera de casa, exigir como clientes. Creemos que tenemos está responsabilidad con vosotros y sólo nos queda decir…
Bon Appétit!